Crear tu propio reloj puede parecer sencillo.
Pero cuando quieres diseñarlo sin concesiones, manteniendo tu independencia, es otra historia.
KWR no nació en los pasillos de un gran grupo.
Sin comité de marketing. Sin producción en masa.
Solo una idea. Un viaje. Decisiones deliberadas.
La independencia es libertad.
La libertad de elegir a tus socios.
La libertad de tomarte el tiempo para hacer las cosas bien.
La libertad de transformar tu pasión por la micromecánica, los motores y las líneas elegantes... en un objeto tangible.
Este bólido es un símbolo de ello.
Lo diseñé y construí desde cero, como un reto personal, mucho antes que KWR.
Una trayectoria libre, sin un plan impuesto.
El XCT-1 sigue la misma filosofía.
Un reloj diseñado como un motor: técnico, preciso y, sobre todo, diferente.
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